Jorge Luis Borges escribió sobre Gide: “En su primer libro, Les cahiers d’André Walter (1891), usó el dialecto ornamental de los simbolistas. Esa obra es menos de un autor que de una época. Siempre fue fiel, después, a la buena tradición de la claridad. Al cabo de una estadía en Argelia, que fue capital para él, publicó en 1897 Les nourritures terrestres, que exalta los deseos de la carne, pero no su plena satisfacción. En ulteriores textos, cuya enumeración sería larga, predicó el goce de los sentidos, la liberación de todas las leyes morales, la cambiante ‘disponibilidad’ y el acto gratuito que no responde a otra razón que al antojo. Fue acusado de corromper a la juventud con esas doctrinas”.
André Paul Guillaume Gide nació el 22 de noviembre de 1869, en París. Hijo de Paul Gide y Juliette Rondeaux, quien se encargó de su educación, tras la muerte del padre del niño André. Estudió en la École Alsacienne y, durante un tiempo, tuvo un tutor personal en su hogar de Rouen. Inició estudios preparatorios de Filosofía en el liceo Henri IV. También fueron importantes para su formación su tía Claire y la institutriz británica Anna Schackleton. Su adolescencia estuvo marcada por el protestantismo y por su prima Madeleine Rondeaux, de quien estaba enamorado. Tuvo una hija en el año 1923, llamada Catherine, con Maria Van Rysselberghe.
Parte de su vida la ha destinado a viajar y como producto de ello tenemos publicaciones que plasman sus experiencias por el norte de África, en donde conoció a Oscar Wilde, por Alemania, Túnez, Argelia, Italia, U.R.S.S. y Suiza, entre otros espacios recorridos. Estos periplos también aparecen en las apreciaciones cotidianas que Gide fue apuntando en sus Diarios hasta sus últimos años.
Su primera publicación literaria fue en 1891 con Los Cuadernos de André Walter, que junto con Poesías de André Walter y Paludes (1895) forman parte de su vínculo con la estética simbolista. Luego, llegaron sus títulos más celebrados: Los alimentos terrestres (1897), Prometeo mal encadenado (1899), El inmoralista (1902), La puerta estrecha (1909), Los sótanos del Vaticano (novela anticlerical, 1914), La sinfonía pastoral (1919), Si la semilla no muere (autobiografía, 1920), Corydon (especie de tratado sobre la homosexualidad, 1924) y Los monederos falsos (novela metaliteraria, híbrida y compleja, 1925).
Su escritura, de fuerte impronta autobiográfica, ha recorrido variadas inquietudes que constituyeron su búsqueda, su exploración y sus posicionamientos respecto del campo literario, el mundo intelectual, la cultura y el ámbito político. Temas como la homosexualidad y la crítica hacia cuestiones morales ocuparon un lugar predominante en sus escritos.
En 1908, fue cofundador de la Nouvelle Revue Française. Su obra consta de ensayos, artículos, poesía, obras dramáticas, narrativa en sus diversas manifestaciones y un rico intercambio epistolar con grandes escritores. Fue crítico con las políticas francesas implementadas en las colonias, participó de las ideas comunistas, pasó la Segunda Guerra Mundial en Túnez, fue un fiel defensor de los derechos de los homosexuales y atacó a la moral de su época. En el año 1947, obtuvo el Premio Nobel de Literatura. André Gide murió el 19 de febrero de 1951, en París. Sus restos descansan en el cementerio de Cuverville. Dejó varios escritos que fueron publicados póstumamente. En la actualidad, son pocos los textos de Gide que no han sido traducidos al español. En esta ocasión, acercamos Un esprit non prévenu, ensayo publicado en 1929 y que aquí presentamos como Una mente desprejuiciada.